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Alberto Llamas (Málaga, 1966) es licenciado en Periodismo y en Derecho. Ha viajado por medio mundo y vivido en diferentes ciudades. En su bagaje, atesora cortos, documentales, trabajos en periódicos de empaque y desde 2000 en los informativos de Canal Sur TV en Málaga. En este empleo tuvo una pausa voluntaria de 3 años, que destinó a edificar una novela, ‘El Asunto Melkano’. Por lo tanto, la experiencia en lo que pasa sobre el terreno y la vocación son los dos primeros valores de la ópera prima de este malagueño inquieto.
‘El Asunto Melkano’ es un más que digno trabajo en el que el lenguaje es correcto, profuso, rico, pero no lastra la lectura. Buen lector de novela negra, Llamas ha dibujado la Málaga que conocemos y la que no dominamos. Es un ‘thriller’ que bebe de la novela negra y un homenaje al poder de la palabra, a la capacidad de transformación de los libros… El protagonista recibe un encargo para encontrar una novela titulada como el libro. Es la metanovela. ‘El Asunto Melkano’ se convierte en deuteragonista de ‘El Asunto Melkano’.
El libro nos lleva por las calles más lujosas y por los barrios más marginales de la ciudad; incluye guiños a lo que fueron zonas como Torremolinos, pero también nos conduce por carreteras comarcales; nos ofrece claves históricas de los primeros asentamientos fenicios; habla mucho de periodismo; habla de desamor y desesperanza; de vidas por arreglar y de otras que ya no tienen arreglo; habla de crímenes, muerte y destrucción; se asoma a los despachos de la corrupción; aporta buenos trazos sobre la profesión de detective y nos sienta a comer en los restaurantes más modestos y desconocidos y en los más fastuosos.
El continuo juego de opuestos que nos ofrece da la verdadera medida del ritmo, que llega a lo trepidante en el último tercio de la novela y mantiene una buena velocidad de crucero en el resto (existe una pequeña bajada de tensión, quizás premeditada, en unos pasajes que se desarrollan en Argentina).
Mario debe encontrar una novela que un periodista y escritor argentino escribió hace tiempo. Es el propio autor, Eladio, quien le hace el encargo con el pretexto de que le han ofrecido publicarla ahora. La novela pivota sobre la búsqueda de la novela, encargo que no parece complejo en principio, pero que se enreda sobremanera. Y también pivota sobre cómo Mario busca a Mario.
El bisoño detective ronda la treintena y se acerca a esa peligrosa edad en la que uno se sienta a pensar acerca de quién es y qué ha conseguido. Atrapado por una relación sentimental que no va a ninguna parte, se agarra a un trabajo que le permite huir hacia delante siempre.Y esta continua huida lleva implícito un proceso de maduración personal quizás más perceptible para el lector que para el propio Medina.
La vida de Mario es pura asfixia, ya que, además de trabajar con la amenaza continua de perder el empleo, convive con su madre, sumida en una larga depresión. Así que cualquier excusa es buena para seguir con algún fleco o investigar algún hilo que no conecta bien. Siempre es bueno huir de sus circunstancias y de su entorno.
El buen dibujo del protagonista no es casual. Uno de los puntos a favor de la novela es que el autor se esfuerza por perfilar los personajes. Incluso, existe un hábil ejercicio de ir dosificando información personal sobre ellos a lo largo de ‘Melkano’.
El notable estreno de Llamas como novelista merece la confianza del lector. Es un libro entretenido pero profundo y con buenos trazos psicológicos. Y, además, permite saborear todos los ingredientes de la novela negra.
[Reseña publicada en La Opinión de Málaga Libros el 13 de diciembre de 2013]
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